viernes, enero 28, 2011

28 de Enero: Día del Cine Nacional

El cine es el mundo de las imágenes y de las representaciones. Es un espacio imaginario que nos sumerge en un mar de sensaciones y sentimientos que se comunican a través de la imagen y la palabra. El discurso ideológico de una película, tiene que ver mucho con el guión de la misma, pero en el lenguaje cinematográfico, la simple manera de caminar de un personaje femenino, ya nos cuenta parte de su historia y de su identidad (es decir, de su forma de entender la vida, de su ideología) sin que dicho personaje nos contara nada acerca de ella. Esto pone de manifiesto la gran influencia e impacto que una sola imagen cinematográfica puede generar en la mente de las personas y de las comunidades.
El cine funciona como un espejo, vemos reflejados en él y en sus personajes, nuestros sentimientos, emociones, formas de ser, de expresarnos. Es casi imposible ver una película y no identificarse al menos con algunas de las características de uno o varios personajes. Por eso el cine de un país y de una época determinada, es el reflejo del alma de dicha sociedad.
El cine venezolano vive en la actualidad su mejor momento, porque el venezolano ha aprendido a reconocerse e identificarse consigo mismo en la gran pantalla. Es reconfortante ver películas como La Hora Cero, Habana Eva o Hermano, y apreciar como el público no sólo llena las salas de cine nacionales para verlas, sino que goza y padece a plenitud y sin ningún tipo de complejos de las tramas e historias que cuentan estas películas, porque las mismas, cuentan parte de la historia de sus vidas reales. Los venezolanos a través de nuestro cine estamos aprendiendo a reírnos de nosotros mismos y a sentir también compasión por todo lo que hemos tenido que soportar y resistir. Pero si algo grandioso tiene el arte, y por ende el cine, es la capacidad de transformar todo el horror y dolor que a veces los seres humanos llevamos dentro, en algo positivo y en ocasiones sublime.