miércoles, agosto 29, 2007



"Solo voy con mi pena, sola va mi condena"
Manu Chao


La ideología es falsa-conciencia, en el sentido de que es algo subjetivo y mutable, porque se transforma según las circunstancias: tiempo, espacio y sujeto. Pero la ideología es completamente real en la manera en que la vivimos:

La ideología para Althusser, representa en efecto la realidad –pero lo que representa es la manera en que yo ‘vivo’ mis relaciones con el conjunto de la sociedad... [1]

Si la ideología representa nuestras ideas, creencias y valores; está estrechamente ligada a nuestro mundo imaginario, y se ve representada en nuestra conducta y en cada mínima acción de nuestra rutina diaria; no podemos sino considerarla como algo real.

La ideología neoliberal ha programado y diseñado una realidad, donde sólo hay cabida para un tipo de persona egocéntrica e insolidaria, para seres humanos egoístas y violentos. En un mundo donde cada cual se preocupa sólo por su beneficio y bienestar individual, se genera una gran carga tanto de violencia pasiva como activa, porque estamos irrespetando y violentando constantemente al otro, utilizándolo sólo para el beneficio propio sin tomar en cuenta sus necesidades reales, de igual manera la otra persona también nos utiliza conforme a su deseo y voluntad. Esta recíproca “utilización” no nos conduce sino a la frustración y a la violencia, porque al no establecerse dentro de las relaciones personales y sociales, un acuerdo común, de valores e intereses, siempre una de las partes pierde, quedando excluida o a la voluntad y poder del otro, dejando de ser lo que es, o lo que quiere ser, para convertirse en la persona que quiere o le conviene al otro. La cultura individualista también produce seres humanos poco tolerantes, hecho que puede conducir a conductas racistas y xenofóbicas, como clasistas y excluyentes. Pero una persona no es por naturaleza egoísta y violenta, se aprende a como ser egoísta y violento, pero también podemos aprender a como ser democráticos, solidarios y tolerantes. Pero si partimos de la idea de que el otro es un enemigo a vencer, pues el panorama político, económico, social y cultural, se nos vuelve bastante desesperanzador, porque en una lucha de todos contra todos, el odio, la violencia y la muerte son los ganadores y la humanidad la gran derrotada. Pero si lo que nos importa en verdad, es la vida, el amor, la paz y el ser humano en general, y su supervivencia, tenemos que crear otra forma de concebirnos a nosotros mismos, a los otros y al mundo al cual queremos pertenecer que difiera de la ideología neoliberal o que por lo menos la transcienda, para lograr mejorarla.

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